lunes, 10 de septiembre de 2018

Por qué los edificios energéticamente eficientes pueden ser "edificios enfermos"

Por qué los edificios energéticamente eficientes pueden ser "edificios enfermos"

He visto conveniente hacerme eco de este articulo publicado en INARQUIA, ya en estos últimos años debido a las ayudas facilitadas por algunas administraciones para mejora de la eficiencia energética en edificios, muchas veces se han convertido simplemente en un "cambio de ventanas", y lejos de mejorar la eficiencia y el confort de los usuarios han apareciendo nuevas patologías en muchas de estas vivienda provocando ambientes nocivos al no haber realizado una planificación con un orden lógico en la inversión en mejoras.
Por este motivo es fundamental una planificación en la rehabilitación paso paso por un técnico especialista.

Por qué los edificios energéticamente eficientes pueden ser "edificios enfermos"
“El artículo publicado en el British Medical Journal por James Milner, afirma que los proyectos de eficiencia energética en edificios podrían llevar un aumento del 56.6 % en las concentraciones medias de radón”

La Organización Mundial de la Salud (OMS), es el organismo de la Organización de las Naciones Unidas, especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial. Esta reciente investigación resulta importante para la Organización, ya que puede suponer un riesgo para la salud.

“La exposición al radón, después del tabaquismo, es el factor más importante de riesgo en el desarrollo de cáncer de pulmón”
El radón es un gas incoloro, que se produce de forma natural, por el resultado indirecto de la descomposición de uranio y torio, y que puede ser encontrado en el aire del interior de un hogar. Esto genera un polvo radiactivo que se retiene en las vías respiratorias. Como consecuencia de esta radiación, se provoca un daño pulmonar que incrementa la posibilidad de desarrollar un cáncer.
 
“Se estima que cada año en Reino Unido hay 1.400 casos de este tipo de cáncer y 21.000 en EEUU”
 
Se ha investigado que el aumento de estas concentraciones de radón, provienen tras realizar algunas mejoras de eficiencia energética, alterando la forma en la que los edificios renuevan el aire en su interior. Pues, aunque las instalaciones de alta eficiencia energética reducen el consumo de energía de forma considerable, si no se realiza por parte de empresas especializadas, el edificio puede convertirse en un “edificio enfermo”, causando problemas de salud a sus ocupantes.
 
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La torre Agbar es un caso de edificio enfermo en Barcelona
Definición y soluciones de los Edificios Enfermos
Un estudio realizado en 2013, sugirió que existen riesgos similares a los mencionados en edificios reformados, por el crecimiento del moho o el síndrome del edificio enfermo, en el que los inquilinos experimentan problemas de salud por habitar dichos edificios. Cuando la humedad queda atrapada dentro del  mismo, habrá más moho en el interior y los vecinos serán propensos a padecer fatiga crónica, irritación pulmonar y ojos llorosos. Por ello es necesario tener una buena calidad del aire en el interior de los edificios.

¿Cómo conseguir una buena calidad del aire interior en los edificios?

Principalmente, cuando el aire está libre de olores y polvo, cuando no está ni demasiado quieto ni hay corrientes de aire y cuando la temperatura y humedad son cómodas. Por ello, como soluciones al síndrome del edificio enfermo se recomienda la ventilación diaria de la vivienda y si existe ventilación cruzada, mejor.
La vegetación y las plantas dentro de los edificios ayudan a purificar el aire. Además los equipos mecánicos o instalaciones de los edificios deben ser mantenidos en buenas condiciones sanitarias.

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¿Cuáles son las fuentes más comunes de problemas de calidad de aire interior?
Los contaminantes pueden tener su origen en una variedad de fuentes tanto dentro como fuera del edificio, ya sea por materiales químicos, bacterias, hongos, polen y el polvo, como por otros factores que no tienen que ver con la calidad del aire como son la temperatura, la humedad, la iluminación, el ruido, el estrés personal y las condiciones de salud pre-existentes. Además influye el mantenimiento de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, los materiales de limpieza, cosméticos o desechos metabólicos (respiración y transpiración).
En definitiva, el uso de equipos para controlar la calidad del aire interior en los edificios podría reducir o eliminar los impactos negativos que se producen. Por ello, habría que intentar que nuestro edificios sean más eficientes energéticamente pero controlando el impacto negativo que puedan tener sobre las salud de sus ocupantes. En el caso de edificios nuevos o rehabilitados que han sido diseñados bajo criterios Passivhaus estos aspectos están totalmente controlados y la gran eficiencia de los mismos va unida a un gran confort y ambiente saludable.

Recuerden que la energía más barata ahora y siempre será la que no consumimos.


Cada día intentamos seguir cumpliendo nuestro compromiso de un mejor servicio personalizado a todas las personas que depositan su confianza en nuestro equipo.



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